octubre 15, 2008

Un día feliz


Los días, por sí mismos, deben ser felices. Pero hay ciertos sucesos que los convierten en fuentes de dicha, duradera para los subsecuentes. Así fue el día de ayer. Me sentí tan en paz, tan tranquila, tan feliz de estar cerca de la gente que amo y compartir minutos simples, pero cargados de encanto.

Ayer tuve mucha conversación con la mejor compañía que pudiera desear, tuvimos una copa de vino, sabores dulzones, café, lluvia, paraguas y pretextos para celebrar. Sólo faltaron los pijamas, la madrugada y el taxi hacia el aeropuerto, que nos acompañaron el año pasado.

¡Me encanta celebrar tu cumpleaños! Creo que deberíamos hacerlo más de una vez por año.

Te quiero.

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