junio 29, 2007

Para terminar el día de mi cumpleaños

Pasando el sábado, prometo comentar algunos detalles del día de mi cumpleaños. Estoy esperando un suceso en particular, para cerrar los festejos de este año. Así que no dudo que el lunes, ponga la reseña del cumpleaños 2007.

Una promesa vieja que sigo cumpliendo


Nunca pensé que algo que decidí intempestivamente una tarde de octubre fuera a significar tanto en mi vida a casi 7 años de distancia. Y haciendo real la promesa, decidí marcar mi piel, para así tener presente, durante muchos minutos, qué había sucedido y por qué. He de confesar que a la fecha todavía duele y sangra en ocasiones, como recordatorio constante... pero en el fondo, todo eso, es un gran orgullo para mí, a tal grado de que quien me conoce, sabe de la historia de la marca y pregunta por ella al mirarme el tobillo izquierdo.

Ya que el método ha sido tan efectivo, decidí compartirlo con una de las personas, de las amigas, más queridas que tengo. Con ella comparto largas conversaciones telefónicas de "trayecto a trayecto", noches de pésimas películas, compras de catálogo y secretos que yo sé que sabe de mí, pero que nunca le he dicho. Frente a ella he llorado por tonterías infantiles y me he reído por algunas tristezas irremediables.

Y hace precisamente una semana, la hice compartir conmigo aquella promesa y la marqué. Y ¿quién iba a pensar que ya surtiera efecto? En verdad me hizo reír bastante oir la anécdota, pero sobre todo, me da gusto, siento orgullo al ver reluciente, en su tobillo, la muestra de que somos más que buenas amigas.

junio 27, 2007

¡PRB!

Bajo los influjos de una copa de más de vino tinto, una noche perfecta para estar afuera y disfrutar con los verdaderos amigos de los minutos, del fresco, del queso y del embriagante y puro sabor de un tempranillo, necesito decirte algo:

"Te quiero porque te quiero Cariño, y me voy a morir queriéndote".

Gracias por hacer de mi apacible cumpleaños un momento como cada uno de los que pasamos juntos, hablando de todo y de nada; recostados en la hierba fresca, viendo las estrellas y rogando porque la noche sea eterna y no nos agobien las obligaciones del día siguiente.

Te quiero y me siento muy feliz de haber compartido un cumpleaños diferente contigo; un amigo tan dulce y hermoso conmigo. Gracias por hacerme sentir feliz.

junio 26, 2007

Te espero


Te espero desde hace 2 horas y 20 minutos. Te esperaba desde ahora al alba. Te he esperado desde aquel día en que te vi por primera vez y me enamoré de tu risa tímida, de tus ojos que fingen estar vacíos. Te esperé hasta que se me acabó la fuerza de seguir al pie de esta máscara que te gusta ver de mí. Te esperaré hasta que tu memoria te diga que existo y que a veces te miro con timidez. Te seguiré esperando, aunque tú te niegues a venir.

Hoy es mi cumpleaños


Hoy es mi cumpleaños. Quizá prepare un pastel; o me llevarán a comer, o estaré en el cine toda la tarde.
Hoy es mi cumpleaños. Quizá la gente ruidosa y llena de algarabía me hará sonreír y me llevarán a un lugar igual de ruidoso que ellas.
Hoy es mi cumpleaños. Quizá llueva mucho y yo me siente, al filo de la media noche, a tomar una taza de café en la terraza.
Hoy es mi cumpleaños. Está lleno de quizás.

junio 25, 2007

¿Cuántos días faltan?

1
Único, inmenso, solitario

junio 24, 2007

Adieu



Adieu
Yoko Kanno

Been a fool, been a clown
Lost my way from up and down
And I know, yes I know
And I see it in your eyes
That you really weren't suprised at me at all
Not at all
And I know by your smile it's you.

Don't care for me, don't cry
Let's say goodbye, Adieu.
It's time to say goodbye, I know that in time
It will just fade away, it's time to say goodbye.

I stand alone, and watch you fade away like clouds
High up and in the sky
I'm strong and so cold
As I stand alone
Goodbye, So long, Adieu.

Oh how I love you so, lost in those memories
And now you've gone
I feel the pain, feeling like a fool, Adieu

My love for you burns deep
Inside me, so strong
Embers of times we had
And now here I stand lost in a memory
I see your face and smile.

Oh how I love you so, lost in those memories
And now you've gone
I feel the pain, feeling like a fool, Adieu

My love for you burns deep
Inside me, so strong
Embers of times we had
And now here I stand lost in a memory
I see your face and smile.

Decidí despedirme de ti, porque yo sola no puedo seguir con todo esto. No puedo mantener intacto todo lo que siento, todo lo que hemos vivido, todo lo que recuerdo. No puedo, porque tú nunca has sido parte de este sueño; me quedo sola con él y lo quiero guardar así. Prefiero seguir viéndote y sonreir, a verme a mí misma un minuto sin ti y seguir llorando.
Te voy a dejar. Ya no pretendo nada de ti, no pretendo nada más de lo que me das. Lo único que te pido es que no me dejes; que sigamos juntos, pero tienes que saber que yo ya no espero nada de ti.

Adieu.

¿Cuántos días faltan?

A inicio de semana sólo faltan 2 días. El martes queda a 2 días, al igual que muchas decisiones.

junio 23, 2007

Sin remedio




Sin remedio me he levantado esta mañana a las 5 de la mañana con 30 minutos, con el fin de ir al gimnasio. Y de pronto me vi, desde otro plano, en medio de una playa de estacionamiento casi vacía, con los ojos cerrados al punto de caer en un profundo sueño. Así fue como decidí que tenía que empezar el día haciendo mucho más que quedarme en el automóvil, "viendo" pasar los minutos y a las rollizas señoras con metas de superación personal.
Es aquí donde cabe la pregunta ¿tengo metas de superación personal? Realmente se oye patético. No necesito metas, necesito objetivos claros.
Mi objetivo de entrar al gimnasio es bajar algunos kilos y lo que logré, según dijo la mentirosa báscula esta mañana, fue ganar 1,8 kg. ¡Bien por mí! Los llamaré 1,8 kg de felicidad culinaria y restaurantera. ¿Qué pasará el mes siguiente, cuando me pesen? ¿Diré lo mismo? ¿Le seguiré llamando felicidad culinaria? ¿O será que terminaré conformándome, sin remedio, a este cuerpo excedido?
Lo único que puedo decir es que no voy a dejar el gimnasio, aunque no cumpla su objetivo principal. Sólo que ahora me enfocaré, en cada salto, en cada repetición, en cada doloroso movimiento; en el hecho de que levantándome temprano, salgo más pronto de mis absurdos sueños matutinos de princesa que pierde el tiempo suspirando con el príncipe azul.

¿Cuántos días faltan?

Empezando el día, voy a decir que sólo faltan 3 días

junio 22, 2007

¿Cuántos días faltan?

Ahora el calendario dice que 4

junio 21, 2007

A mitad del camino, sola y desamparada


En pocos días he de empezar a contar aquella tarde en la que me quedé durante eternos minutos en medio de una tormenta, en la carretera, sola y sin gasolina.

¿Cuántos días faltan?

Antier faltaban 7, ayer 6 y ahora 5.
Y yo sigo sin saber qué voy a hacer en este otro año.

junio 17, 2007

Lista de Regalos


Durante 12 meses he estado dando sugerencias para la lista de regalos que, año con año, publico en la puerta de mi refrigerador.
Pero este año será distinto. Este año hay lista, pero no la publicaremos.
Veamos qué tal nos fue con eso de las pistas.



Silencio

"Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores". Benjamín Disraeli

¿Cuántos días faltan?

9

junio 14, 2007

Un versito viejo de febril manufactura



Ahora encontré entre mis cosas este versito viejo de febril manufactura. Quizá de los últimos que escribí en algunos minutos de desvelo.

Puedo soñar contigo durante noches enteras
esperando despertar y sentir tu respiro,
dormido contemplarte, besarte sin esperas,
regalarte una sonrisa mientras te miro;
o quedarme quieta y despertar sabiendo que no eres mío.

24-XI-03

junio 11, 2007

Hay días que me siento un minuto


Todo se reduce a minutos






"Esta noche me siento como un minuto, tan insignificante, tan pequeñita, tan reducida en una vida de cosas por hacer".

Mi vida son escazos minutos y minutos eternos: fueron escazos el día que le besé y el fin de semana que pasó a mi lado, cuando leo un libro que me regalaron, cuando platico con mi padre o río con mi madre, cuando mi mejor amigo va a cocinar conmigo y cuando son las 5:29 de la mañana y sólo resta un segundo para despertar... pero son eternos cuando espero entrar con un importante cliente, cuando el agua de la ducha sale fría, cuando el mesero se detiene con mi servicio; cuando mi hermana deja de hablarme; y cuando estoy segura de que él va a llegar a mi vida.


También hay minutos que me marcan, que me estrujan, que se quedaron grabados para siempre, que más que pensar en lo que me estaba sucediendo, pienso en cómo las manecillas señalaban esa hora que cambió mi vida.

Este día me faltó un minuto para que él me hablara, un minuto para comer con calma, un minuto para llegar a tiempo al cine. Esta mañana me faltó un minuto de sueño, un minuto de pila de celular, un minuto para chocar y un minuto para que un tránsito me multara.


¿Cómo irá a ser el minuto antes de que muera? ¿Será eterno, como viviendo todo lo posible, como queriendo exprimir lo mejor del último aliento, del último instante? ¿O será escazo porque es tanto lo que yo creeré que me resta por hacer, que 60 segundos serán insuficientes?

Independientemente, hoy me siento como un minuto. No sé si soy escaza, no sé si seré eterna. Simplemente, quedaré como un minuto que sólo cuenta con 60 segundos para hacerlo todo y hacer nada.

junio 10, 2007

... Y llovía, llovía


Hoy llueve y llueve. Toda la tarde ha estado lloviendo. ¡Cómo me gustaba la lluvia hace algún tiempo! ¡La lluvia de mayo! Esperaba a que empezaran a caer las primeras gotas y sabía que en ese momento iba a escucharse timbrar mi teléfono. Fingía no saber quien era y él decía -está lloviendo-, y luego yo esbozaba una tímida y sonora sonrisa. Así empezaban las tardes lluviosas de fin de semana... y acababan en la madrugada, hablando de todo y de nada; confesando los más profundos secretos del pasado, los temores del presente y los sueños del porvenir. Una noche de lluvia, en verano, hubo un minuto en que se juntaron los secretos con los temores y los sueños y, en ese preciso instante me descubrí amando verdaderamente por primera vez.

Nunca caminamos bajo la lluvia, por la ciudad; nunca anduvimos tomados de la mano; nunca nos besamos mientras charlábamos, andando sin rumbo, riendo sin motivo; nunca me regaló una flor; nunca tomamos un café en una fría tarde de mayo... pero sé que en sueños, en versos y palabras mil veces repetidas, lo hicimos.

Así que hoy, como una manera de recordar esas veces y esos días que no llegaron, me senté a mirar, tomé una taza de té, dejé que el aire me despeinara y las gotas de lluvia me mojaran un poco, para despertar así de tantos sueños cubiertos de bruma y regresar a los años donde un poco de lluvia me tatuaba una sonrisa toda la noche.

Ahora... veamos quién puede recordar esta linda canción, por demás melosa:

O quizá simplemente le regale una rosa
(Hoy corté un flor y llovía, llovía)
Leonardo Favio



Hoy corte un flor
y llovía y llovía,
esperando a mi amor
y llovía y llovía.
Presurosa la gente,
pasaba, corría
y desierta quedó
la ciudad pues llovía.
Yo me puse a pensar
tantas cosas bonitas,
como el día en la playa
cuando te conocía.
Cómo jugaba el viento
con tu pelo de niña.
Ay que suerte, que suerte tu mirada y la mía.
Cuando llegue mi amor
le diré tantas cosas,
o quizás simplemente le regale una rosa.
Por que yo corte una flor
, y llovía y llovía.
Esperando mi amor
y llovía y llovía.
Que me alegra tu canto,
que me alegre tu risa,
que se alegre en silencio
tu mirada y la mía.
Nos iremos charlando
por las calles vacías
.
Nos iremos besando
por las calles vacías.

Y sabrán que te quiero

esas calle vacías.

Y yo te iré contando
tantas cosas bonitas.
Como el día en la playa
cuando te conocía.
como jugaba el viento
con tu pelo de niña.
Ay que suerte, que suerte
tu mirada y la mía.

Cuando llegue mi amor
le diré tantas cosas ,
o quizás simplemente
le regale una rosa.
O quizás simplemente me regale la rosa
O quizás simplemente me regale la rosa.
Nos iremos charlando por las calles vacías
Y nos iremos besando por las calles vacías
Y sabrán que te quiero esas calles vacías.
Y yo te iré contando tantas
tantas cosas bonitas
Como el día en la playa
Cuando te conocía.
Como jugaba el viento
Con tu pelo de niña
Ay que suerte, que suerte
Tu mirada y la mía.

junio 06, 2007

No hay nada como levantarse a media noche a comer algo


Toda la vida he batallado con mi peso. No soy precisamente gorda, pero aquello de tener figura de espárrago no se me da. Mi cuerpo es... digámoslo así... tiende a formar pronunciadas redondeces que, si uno no se cuida o si se fija demasiado, pueden convertirse en las mal llamadas "llantitas". Pero esto no me asusta. Estoy aprendiendo a enfrentarlo con valor. Por eso me levanto para ir al gimnasio a las 5:30 de la mañana.

Sin embargo, esto no es lo que quiero decir. Lo que quiero contar es el placer de levantarse pasada la media noche, bajar a la cocina en albornoz, abrir el refrigerador y preparar un sandwich maravilloso, a dos niveles. Ya puedo imaginarme la escena: sacar todo sigilosamente (no sea que alguien nos escuche y quiera que se le prepare algo más elaborado); untar las tapas con deliciosos aderezos y poner un puntito de mostaza; rebanar tres tipos diferentes de carnes frías y ponerlos en delicadas tiras sobre el pan; trocear la lechuga, una rebanadita de tomate, pimiento morrón, queeeeso, pepinillos; aderezar con aceite de oliva, un toquecito de vinagreta, sal, pimienta; cerrar el sandwich; partirlo en dos; y dar la gran mordida. Después de todo esto y dejar inmaculada la cocina (hay que eliminar la evidencia) se me va el sueño. Así que lo que viene es bajar y poner aquellas películas que nunca tienes tiempo de ver y con ellas quedarte dormida.

En la mañana, vuelta a empezar. Sonará la alarma del celular a las 5:30, indicando que el gimnasio no perdona ni la desvelada, ni la malpasada alimenticia. Pero bien lo vale. Ese sandwich furtivo de la madrugada me hace sentir y saborear las carnales debilidades.

Dije que te iba a dar una pista


Es cierto, dije que te iba a dar una pista y tú prometiste ser lector diario de mi blog. Pero en verdad, no sé si estoy segura de que quiera que lo leas. Basta con vernos una vez a la semana.

Mis amistades son así: de una vez a la semana. Lo que no saben ellos es que el resto de los días también me puedo sentir sola, también puedo necesitar que me llamen, también puedo necesitar que me escuchen. A veces creo que yo sirvo de terapia para algunos; de careta y disfraz para otros; y que éstos apenas se dan cuenta de que hay cosas que también me duelen, que hay días en que sonrío pero por las noches se anegan mis ojos en saladas lágrimas de grisáceo color.

En fin, me conformaré con tenerte a ti y a todos los demás una vez a la semana. Eso me da oportunidad de ser otra durante 6 días y al séptimo volver a sonreir, porque es lo que se espera que haga.

Sólo tengo unos minutos



Sólo tengo unos minutos para escribir. Y como siempre, es terrible enfrentarse al abismo de la página en blanco. Sea en una decente hoja de papel, en una arrugada servilleta, en el diario o en la pantalla de la computadora, la presencia del abismo de la página en blanco suele ser abrumador. Yo tardo en enfrentarlo, como hoy. Prefiero escribir lo que siento por el nerviosismo de empezar con un blog, a decir cualquier otra cosa.

Por eso insisto en que sólo tengo unos minutos para escribir. Siempre sólo tengo unos minutos para escribir, aunque la noche se larga, el día de asueto o el corazón quiera decir tantas cosas. A los minutos procuro reprimirlos, procuro... dosificarlos. Porque me gusta hacerlos eternos, largos, suaves, dulces y cadenciosos. Y la única manera que tengo de lograrlo es creyéndolos escazos y poniéndolos en letras.