Durante los días que no tomé café, decidí tomar otra cosa: la decisión de no escribir nada, de no pensar en nada importante, de no salir a ningún lugar. Opté por dejar de lado algunas cosas que me causan gozo, con el fin de alertar a mis sentidos y poder ser más receptiva cuando lo que me causa placer esté de frente.
Enero fue un mes importante, pues me enfrenté a la que soy. El último día del mes de enero fue el plazo que me di para atreverme a actuar con libertad y a hacer lo que no suelo. En el recuento, salió ganando la curiosidad y por eso me asusté. Por eso me castigué, por eso me aferré al autocontrol. Enero desató en mí un deseo profundo de saber efectivamente si sigo siendo la misma que el año anterior. Enero no me contestó de manera convincente, así que le tuve que preguntar a febrero.
Y febrero, ante mi muda pregunta me comprendió mal y ahora él es quien me niega la respuesta. Febrero tiene 2 días para darme alguna palabra que pueda recordar después, como parte de este año, que merece tener 12 recuentos felices.
Enero fue un mes importante, pues me enfrenté a la que soy. El último día del mes de enero fue el plazo que me di para atreverme a actuar con libertad y a hacer lo que no suelo. En el recuento, salió ganando la curiosidad y por eso me asusté. Por eso me castigué, por eso me aferré al autocontrol. Enero desató en mí un deseo profundo de saber efectivamente si sigo siendo la misma que el año anterior. Enero no me contestó de manera convincente, así que le tuve que preguntar a febrero.
Y febrero, ante mi muda pregunta me comprendió mal y ahora él es quien me niega la respuesta. Febrero tiene 2 días para darme alguna palabra que pueda recordar después, como parte de este año, que merece tener 12 recuentos felices.