enero 27, 2008

De pronto me di cuenta de que tengo un hermano mayor

Yo me tomo una copa de vino, mi hermano huele a alcohol y a mi hermana le da hipo.


Creo que hemos pasado demasiado tiempo juntos en los últimos... los últimos 5 años.

Es algo curioso. La verdad no esperaba sentir algo así hacia Pedro. Él es simple y sencillamente el novio de mi hermana, pero en los años que tienen juntos ha sabido ser como un hermano para mí. Y cuando digo hermano, me refiero al sentido estricto de la palabra: ya no me da pena que me vea en pijama y un poco despeinada, conoce mi recámara estando hecha un desastre, critica mis vestidos y se atreve a juzgar si lucen bien o mal, me cuida un poco, salimos los tres casi todas las veces que él viene, me ha animado aparentando no hacerlo, nos peleamos bastante (hasta nos hemos golpeado más de tres veces), hay tardes en las que no hacemos nada, simplemente nos topamos rondando por la casa en plena comodidad.

Ya les tengo dicho que cuando se casen, forzoso será que pongan una recámara para mí en su casa. También saben que yo voy a ir con ellos a su viaje de bodas.

Y, aunque sean pareja, creo que más que nada, suelen comportarse como unos buenos hermanos para mí. Siempre desee tener un hermano mayor. Pero nunca esperé que pudiera suplirse esa necesidad en mí de esa manera.

enero 25, 2008

Mujer:Hombre

Si yo fuera hombre, dejaría de jugar a sentirme seductriz y empezaría a ser un seductor.

enero 20, 2008

Comprendo lo que me dijo mi abuela

"Yo puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera. ¡Déjenme vivir!"

Creo que de vez en cuando comprendo las frustraciones gastronómicas de una diabética. Quizá será porque la dieta nos sensibiliza a todas las mujeres, sin importar la edad.




enero 11, 2008

Lo que pasó hoy


Ahora me llamaste y yo no pude más que fingir que no te esperaba, aunque lo único que he hecho el día de hoy es pensarte.

No dijiste algo en particular, tú llamda fue apresurada y cordial. Lo único que reclamaste fue que yo no te hubiera llamado antes.

Aún no sé si nos veremos, no sé si algún día llegaremos a platicar de "eso" que fue pero que no es.

Lo único que sé, es que con pensarte un poco, tú reaccionas y te hago venir hacia mí. Eso me prueba que no he perdido el toque ;).

No sé si te habrás percatado de que no me escribes algo desde el 19 de noviembre. ¿Cómo estás?

enero 10, 2008

Lo que pasó ayer


Estuve pensando en ti todo el día, debatiéndome entre llamarte y no. Deseando verte, pero con el temor de notar tu rechazo. Desde medio día no hice más que pensar en la última vez que nos vimos, en cómo fueron las cosas, en que me sentí un poco lastimada, en que tú no aclaraste nada, en que quizá yo te confundí con mi actuar... en que todo fue tan vedado, tan de "juego" que nadie dijo en verdad lo que estaba sintiendo. Todo fue con esa maravillosa careta de cordialidad que manejamos tan bien los dos.

Pero, ayer, estuve a punto de no contenerme. De una u otra manera SÉ que necesito hablar contigo para aclarar las cosas (aunque de frente no nos lo digamos), NECESITO sentirme tranquila respecto a ti... respecto a el tú y yo que ha sido durante casi 8 años.

Como bien me he dicho durante estos últimos 43 días, no te estoy extrañando de diario, porque tú no eres parte de mi cotidianeidad. Pero me da un poco de tristeza empezar a notar que ya me falta salir a platicar contigo, reirnos por nada, hacer cosas nuevas, platicar de las situaciones verdaderamente importantes. Ya me hace falta saber que seguimos siendo los mismos. QUIERO quitarme este miedo que tengo a lo que tú puedas pensar de mí... a lo que yo estoy pensando de ti.

Pero, eso fue ayer. Todos estos razonamientos fueron el día de ayer.

No te llamé, ni siquiera me sentí tentada a buscar tu número en mi agenda, ni a pasar cerca de tu casa. No hice nada. Ni siquiera me perturbé demasiado, simplemente te pensé más que lo que suelo hacer a diario. Hasta dejé mi teléfono abandonado a sabiendas de que no tendría alguna llamada tuya.

Y hoy me desperté sin pensarte ni un poquito. Hoy tomé mi teléfono y encontré una llamada tuya (de ayer) que yo no contesté. Hoy me di cuenta que esto que siento no nada más me pasa a mí. Hoy me di por enterada de que tú también quieres saber qué pasa conmigo. Hoy te voy a llamar para terminar con esta incertidumbre.

Mejor aún, voy a pensarte, para que tú me llames.

enero 09, 2008

El delicioso sabor de la fingida infidelidad


Tengo un proyecto de trabajo en particular al cual le tengo gran apego. Y no porque sea muy interesante, ni complicado, ni con una gran empresa, ni porque me deje gran ganancia y desarrollo; sino porque me da la gloriosa oportunidad de escapar unas horas de mi rutina. Es cuestión de decir durante la tarde: "voy a cita con...", "estaré viendo el proyecto tal" y se me abre la maravillosa posibilidad de manejar kilómetros y kilómetros (sin salir mucho de la ciudad) o no ir a ningún lugar, ver a alguien de imprevisto, esconderme en una tienda o ir a comprar un libro y sentarme en un café cualquiera a descubrir la pésima (pero entretenida) literatura que de vez en vez consumo.

Lo anterior no quiere decir que no trabaje en él. No. Simplemente que es tan flexible, no exige demasiado, es largo y yo soy la única (en mi oficina) que tiene relación. Así que por las tardes, cuando se supone que ya he salido de mi horario de trabajo, le dedico tiempo sin dedicarle. Y nadie sabe mi preciado secreto, mis tardes de escape, donde siento que engaño a alguien, que cometo un acto de infidelidad. Porque hasta reviso mi aliento antes de entrar a casa, me percato de no oler en exceso a café, de esconder los libros o las bolsas de las compras bajo el saco y de sentarme, en los restaurantes lejos de las ventanas delatoras desde donde cualquier conocido me pudiera encontrar y descubrir que engaño sin engañar a alguien.

Así llego y digo "Me duele la cabeza, es que vengo cansada, he trabajado mucho esta tarde. Hasta llegué a comprar un libro nuevo para relajarme". Y es todo lo que necesito para sentirme un poco culpable, deliciosamente culpable.

enero 08, 2008

Uno de esos días, para hacer listas


Hoy es uno de esos días en los que me he levantado con muchos planes en mente, con ese deseo de tenerlo todo sobre papel y muy en claro; con ese ánimo de tener metas precisas, indicadores, estrategias y demás cuestiones que me ayuden a decidir si estoy haciendo de manera correcta y eficaz lo que me he propuesto.
Hoy decidí cosas tan simples como comprar otra bolsa roja y no seguir postergándolo, levantarme temprano para regresar al gimnasio y dejar de lado la nueva dieta. También que no voy a cambiar mi carro hasta el próximo año, que sí voy a terminar la nueva carrera, que Boston podrá esperar otro verano, que hay textos y textos que voy a memorizar y que quiero saber cocinar de manera formal.
Y me plantee el escribir un libro sobre el tema en el que me estoy especializando e ir buscando la forma de dar clases al respecto en una universidad. Quiero seguir trabajando, no deseo dejar de tener tanta actividad.
¡¡¡Tantos planes y de pronto tan pocos días!!!!
En ocasiones me da miedo el marasmo en el que siento que puede caer mi vida si no pongo fechas precisas a cuestiones específicas. Y es cierto, también quiero aprender a pintar, quiero conocer los cuatro puntos cardinales de esta tierra, quiero tocar el piano y sentarme con toda tranquilidad a no escuchar nada más que el silencio que genera la tranquilidad de saber que estoy haciendo algo.

enero 07, 2008

Todo mundo habla de Bridget Jones y yo no he visto esa película.

enero 02, 2008

Para una amiga

Mi querida amiga:

(Sé que no hace falta decir tu nombre, porque en cuanto lo leas sabrás que es para ti).

Hace algunos años que escuché esta melancólica y romántica canción, que creo que le va muy bien al tono de reclamo que noto en tu idílica vida amorosa.

¿Sabes? Creo que pienso mucho en ti :), porque a últimas fechas he extrañado el saber cómo estás.
Debe ser una señal inequívoca de que te quiero.

Pendiente de ti
Canta J.M. Serrat con Soledad Giménez
(vocalista de Presuntos Implicados)
Letra y Música de J.M. Serrat

¡Eres tan egoísta...! Sólo piensas en ti.
Vienes en mi busca cuando necesitas cuartelillo,
y en cuanto lo consigues me dejas y te vas
sin fumarte, siquiera, un cigarro conmigo.

Siempre la misma jugada.
Me utilizas y a otra cosa.
No hablamos nunca de nada.
Ni te esfuerzas en mentir.
Ni me sacas a cenar.
Ni te quedas a dormir.

No sé quién eres tú
ni lo que soy para ti.
Si hay algo entre tú y yo
te importa un pito.

No sabes que vivo
pendiente de ti
y tengo también
mi corazoncito.

Así le habló la rama al pajarillo...
Vienes en mi busca cuando necesitas cuartelillo.
Y así lo repetían, desencantados,
una musa a un poeta y un voto a un diputado.

Y el cordel a la peonza,
y un rayo de sol a un viejo,
y las montañas al eco,
y el soldado al comandante;
y la guitarra a la canción
y la canción al cantante.

No sé quién eres tú
ni lo que soy para ti.
Si hay algo entre tú y yo,
te importa un pito.

No sabes que vivo
pendiente de ti
y tengo también
mi corazoncito.

...Pero te prevengo que no voy a permitir
que sigas jugando con mis sentimientos.
Vendrás a buscarme cualquier día de estos
y tal ves entonces ya no estaré aquí...

No sabes que vivo
pendiente de ti.

enero 01, 2008

La Felicidad

Hay momentos en la vida, que sin merecerlo, se vuelven determinantes en el estado de ánimo que nos define.
He de decir que hoy me sentí feliz. Y de pronto me di por enterada de que soy una persona feliz.

No sé en qué consista la felicidad, esa que da satisfacción y plenitud al ser humano; pero sí conozco aquella que me puede dibujar una sonrisa en momentos simples.
Hoy no hice algo en particular, simplemente disfruté de un despertar muy agradable al lado de las personas que más amo y me regodeé unos minutos en las tibias sábanas y el pijama tan suave, que me daban un confort hedonista.

Me levanté y no preparé nada elaborado para comer, simplemente me senté en mi cocina, frente al televisor, disfrutando de un escueto y delicioso emparedado, escuchando las falsas noticias del primer día del año. Ni siquiera las escuché bien.

Leí. Leí un libro complejo en lenguaje pero de trama muy sencilla. Y me quedé dormitando mientras leía, me despertaba y seguía leyendo. De esas veces que las letras no tienen ningún apuro, ninguna razón precisa para estar entrando por mis ojos, a tal grado que se convierten en un simple y vano entretenimiento.

La tarde empezó a correr y me sentí muy bien de tomar un baño largo, tan largo como yo quisiera.

Disfruté haciendo labores sencillas en mi casa, recogiendo libros tirados, guardando películas, aspirando la alfombra, doblando mantas, acomodando todo para que luciera ordenado y acogedor.

Me diviertí saliendo con mis hermanos a ver una película simple, no memorable. Y de pronto, en esa sala llena y oscura, el tiempo se detuvo un segundo para recordarme que la sencillez de todo era lo que me hacía sentir tan tranquila; era lo que en medio del estrépito propio de una película de aventura, me provocó un silencio e intensificó el sabor de mi vaso de café.

Sólo puedo decir que soy "simplemente" feliz. Y no que sea lo único que hay en mi vida, pero las cosas sencillas son las que el día de hoy me hicieron pensar en la felicidad real en la existencia de la persona ordinaria que soy.