octubre 10, 2008

Un buen amante

Pensando el otro día sobre lo que me gusta, sobre lo que busco en un hombre, sobre lo que me hace pensar que los minutos son perfectos e irremplazables; llegué a varias conclusiones, pero hoy voy a comentar, en esta ocasión una de ellas:

"Para que yo considere a un hombre como un buen amante, en todos los sentidos, el primer requisito indispensable, es que sepa poner buen café por la mañana. Tan bueno tiene que ser el café, que su aroma sea sutil como para despertarme lentamente, con una sonrisa; y lo suficientemente fuerte como para que no me resista a estar un segundo más en la cama, con tal de probar ese maravilloso elixir".

Eso es algo de lo que pido. Un hombre que sepa poner buen café por la mañana. Esa es la primera prueba que se le debe hacer, antes de derrochar tiempo en él. El café se antepone al beso.

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