septiembre 17, 2008

Expiar las culpas de manera tradicional


Ojalá pudiera expiar todas mis culpas lavando la vajilla en la madrugada, hasta notar que mis dedos están arrugados y enrojecidos.

El domingo me sentí tan triste, que lavé todos los platos sucios que encontré e incluso lavé lo que no estaba sucio. Pero lo hice a la manera tradicional, como si el agua hirviendo y el jabón líquido pudieran purificar ese dolor tan profundo que estaba sintiendo.

El domingo en la madrugada lavé toda la vajilla existente en mi cocina y aún así, el lunes me seguía sintiendo igual. Quizá fue la manera de dar la despedida, sintiendo como el salado sabor bajaba amargando un poco mi corazón. Así son las despedidas.

Y a la mañana siguiente mi cara y la tarja lucían parecidas: húmedas y vacías.

No hay comentarios.: