agosto 13, 2007

Mi muy estimable: (Le diré algo que quizá debería callarme)

Mi muy estimable:

Me voy a atrever a decir lo siguiente, a través de este medio, porque lo cierto es, que no considero sano para nuestra amistad que se lo diga frente a frente (es más, creo que ni siquiera me creería). Sin embargo, lo hago porque usted siempre me ha pedido consejo y seriedad cuando le hablo sobre las cosas que yo considero que suceden.

Últimamente he pensado mucho en la relación que mantiene con conocido caballero. Relación que ha ido y venido. Y todos estos pensamientos se desataron a raíz de que nos encontramos en días atrás. Usted bien sabe que se me considera una mujer intuitiva (cosa que mis amistades cercanas se han atrevido a difundir y aseverar) y que me es sencillo "interpretar" lo que le sucede a las personas, tan sólo con mantener una plática sencilla y cierto contacto visual.

Pues bien, con genuino dolor de mi corazón necesito confesarle esto que he venido sintiendo y que día a día se ha venido acrecentando:

El caballero con el que sale, quien es en quien deposita toda su confianza, su amor y sus esperanzas de fincar proximamente una vida juntos; es una persona vil, despreciable y que no merece que usted le dedique tanto tiempo y devoción. Y esto lo digo por el simple hecho de que, casi me atrevo a asegurar, que el no le es fiel ni en pensamiento, ni en cuerpo, ni en alma ni en nada. ¿Acaso cree que los frecuentes y excesivos "viajes" son siempre por trabajo o por ir a "visitar a la familia"? ¿Cree que los cambios de ánimo que ha tenido son por cuestiones de estrés? ¿Por qué considera usted que ahora él le oculta su teléfono y no le deja ver ciertas llamadas? ¿No sabe por qué se desaparece algunos días y regresa feliz, como si nada.... pero con un dejo de remordimiento?

Mi muy estimable, por favor no se siga engañando. No lo haga, porque sólo le lastima. Yo sé lo mucho que ha luchado por mantener esta relación, porque se le respete por las decisiones que ha tomado a lo largo de tantos años al lado de este mal llamado caballero. Él no merece su amor, su tiempo, su inmenso cariño y preocupación por su salud y estabilidad emocional; no merece que luche por demostrar a los demás que son el uno para el otro; no merece que usted le sea tan fiel, que le defienda a pesar de saber que él está equivocado. No lo siga haciendo. No sé si se habrá dado cuenta, pero con ese amor pertinaz que le profesa, en más de una ocasión ha lastimado a quienes de verdad le estiman, a quienes le buscan sin ningún interés mayor que la empatía y el cariño desarrollado gracias a ésta. Aseguro que hasta habrá hecho sentir un poco desplazada a su familia.

Tenga presente que a menos que usted toque el tema, yo no voy a comentarlo, por respeto a su dolor y a su intimidad. Es algo demasiado difícil de vivir... pero también es difícil para una amiga, sentir la responsabilidad de decir algo tan terrible sobre ese ser vil a quien usted ama. Tenga también por seguro que pase lo que pase, siga con él, lo deje; se engañe a sí misma o quiera mantener las apariencias con los demás; sea lo que sea que usted decida hacer yo le voy a querer y apoyar. Y cuando digo apoyar, me refiero a estar a su lado y aconsejarle. Pero no se engañe. Por favor, en el fondo de su corazón reflexione sobre lo que pasa y tome las decisiones con plena confianza de que conoce todos los escenarios y las consecuencias.

Se le estima entrañablemente.

No hay comentarios.: