julio 25, 2008

Las Heridas del Corazón (Charla con un Corazón Partido)


Cuando a alguien que estimas le duele el corazón, es cómo hacerte recordar aquellas heridas que tú tienes y que nunca sanan. Eso me ha pasado últimamente. No tengo más que condolerme y decir que son cosas que ya no pesan.

Pero, lo que no digo, es que en mí hay heridas tan profundas, que si cerraran, estoy segura de que el corazón dejaría de latir. Son esas fisuras que están pegadas a la aorta y que por el propio ritmo cardiaco, no cicatrizarán jamás. Hay otros daños, que amenazan con estrangular a la carótida. Sé que no están cerca de mi corazón, pero sí que lo dañan con cada paso que doy, con cada pulso, con cada respiro y palabra que profiero.

Indudablemente no pasa nada. Tengo muchos años viviendo con esto, tengo muchos días repitiéndome que esas cosas ya no duelen. Quizá lo que más preocupa, es que con tanto daño, mi corazón haya quedado insensible y cuando quiera latir con toda su fuerza, explote y sólo quede un amasijo de sangre, músculos y flemas.

No hay comentarios.: